Inmunidad celular frente al SARS-CoV-2 tras infección natural y/o diferentes regímenes de vacunación

Cell immunity to SARS-CoV-2 after natural infection and/or different vaccination regimens

Esther Culebras, Mercedes Martínez, Consuelo Novella, Jose Manuel León, Esther Marcos, Alberto Delgado-Iribarren and Esther Ríos.

Desde que el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2) surgió en Wuhan (China) en diciembre de 2019, el virus se ha propagado rápidamente, provocando la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19). El sistema inmunológico humano desarrolla diferentes mecanismos celulares y moleculares (humorales) para combatir las enfermedades. Para conseguir una inmunidad (protección) óptima frente a la infección por coronavirus, los humanos producen anticuerpos (inmunidad humoral) y linfocitos T específicos (inmunidad celular). De esta forma, la infección por el virus nos confiere una inmunidad natural, protegiéndonos de una reinfección o de la enfermedad grave.

Se han desarrollado varias vacunas que protegen a la población con éxito contra los casos y muertes sintomáticos de COVID-19. El objetivo del estudio fue evaluar la inmunidad humoral y celular después de la infección y/o vacunación por coronavirus según el tipo de vacuna, número de dosis y combinación de vacunas. Para ello se recogieron muestras de sangre de sujetos voluntarios entre septiembre de 2021 y julio de 2022 en el Servicio de Microbiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid (España). Los participantes tenían diferentes estados inmunológicos frente al virus: vacunados y no vacunados, con o sin infección previa por COVID-19. Se midieron los niveles de anticuerpos frente a la proteína de la espícula (S) del virus (el virus usa esta proteína para ingresar a las células). Las respuestas de las células T específicas se evaluaron mediante la cuantificación de interferón gamma (IFN) producido por estas células.

Un total de 181 muestras se recogieron en nuestro estudio, 170 procedentes de individuos vacunados y 11 de no vacunados. Entre los participantes, 41 tenían conocimiento de haber sido infectados previamente por el virus. Las personas vacunadas recibieron una o dos dosis de las siguientes vacunas: ChAdOx1-S (Universidad de Oxford—AstraZeneca) (AZ) y/o BNT162b2 (Pfizer—BioNTech) (PZ). Los sujetos inmunizados con una tercera dosis de refuerzo recibieron las vacunas PZ o mRNA-1273 (Moderna—NIAID) (MD).

Los resultados de nuestro estudio demostraron que, independientemente del régimen de vacunación, todos los individuos vacunados desarrollan unos niveles de anticuerpos y células inmunes significativamente más altos que aquellos sin vacunar. La combinación heteróloga (AZ/PZ) proporcionó la inmunidad más fuerte entre los regímenes de vacunación de dos dosis. Una tercera dosis de refuerzo indujo un aumento en las concentraciones de anticuerpos y IFN en comparación con las concentraciones alcanzadas con dos dosis de cualquier vacuna.

Nuestros datos también revelaron que la infección previa por el virus afecta de forma significativa a la inmunidad celular y humoral posterior. De hecho, entre los participantes no vacunados, aquellos infectados lograron desarrollar niveles de inmunidad celular hasta 10 veces superiores a los de aquellos sin infección previa.

En definitiva, la inmunidad (protección) conferida por la infección previa y/o la vacunación sigue siendo eficaz para prevenir enfermedades graves, hospitalizaciones y muertes debidas al coronavirus.